lunes, 13 de abril de 2009

miércoles, 8 de abril de 2009

Hasta hoy

La universidad: ese templo del conocimiento, lleno de gente dispuesta a aprender las más diversas materias, de experiencias nuevas y enriquecedoras, oportunidades, arte por doquier y miles de otras características, que encuentro fascinantes.

Desde que estaba en bachillerato, en especial durante los últimos dos años, no veía la hora de terminar mis estudios de secundaria y así poder empezar cuanto antes los universitarios. Por fin eso sucedió y heme aquí, ahora, escribiendo este texto.

Antes de entrar a la universidad quería estudiar para ser un comunicador audiovisual y para eso debí haber ingresado a otra alma mater totalmente distinta a la que me acoge ahora. Yo ya tenía muy decidido qué quería ser y además dónde lo quería hacer, pero por alguna razón decidí tomarme un tiempo y analizar con más detenimiento lo que en definitiva haría con mi vida. Fue entonces cuando después de mucho pensar, reflexionar, investigar en internet, visitar universidades, mirar los distintos programas que me ofrecía cada una y preguntar aquí y allá, decidí entrar a una universidad diferente a la que tenía en mente desde hace por lo menos dos años, y más aún, a una carrera diferente también a la que había escogido en un principio; ahora no estudiaría comunicación audiovisual en la Universidad de Medellín, sino comunicación social en Eafit, carrera con la cual me siento a gusto.

Aunque sabía que Eafit es una de las mejores universidades en el país, debo admitir que tenía ciertos prejuicios y estaba algo prevenido antes de empezar a estudiar, con cosas como el ambiente con el pensaba que encontraría y algunas otras que no vale la pena mencionar. De eso debo decir que en algunas tenia la razón, pero en general lo que he encontrado ha sido bueno y me ha gustado mucho.

El 19 de enero de este año inicié mis actividades como estudiante universitario. Desde ese día hasta ahora, lo que he vivido ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, cosa que nunca dudé que sucedería. He conocido a mucha gente con la que tengo afinidades, he conocido también a muchos buenos profesores de los cuales he aprendido bastante, me he reencontrado con personas que no veía hace tiempo; el campus me ha parecido agradable y creo que además tiene la ventaja de generar un buen ambiente de estudio. Una de las cosas que más ha llamado mi atención es que la universidad cuenta con muy buenos recursos (como laboratorios, computadores, el centro multimedial, la emisora digital, la revista, entre otros), que facilitan el aprendizaje y la práctica para los estudiantes. De las materias puedo decir que me han encantado y me han ido “atrapando” cada vez más. Tengo la satisfacción de poder decir que he hecho una muy buena elección para mi futuro profesional y que día a día me enamoro más de mi carrera.

Al final (comentario sobre la pelicula)



El hundimiento


Este filme realizado en 2004 por el director Oliver Hirschbiegel narra los últimos días que pasó Hitler en su bunker de Berlín, antes de suicidarse junto con su esposa Eva Braun.

La película nos muestra el turbio y decadente ambiente lleno de desesperación que vivieron los miembros de la cúpula militar que estaban escondidos bajo las calles de Berlín. Nos muestra un Führer totalmente acabado, patético, debilitado y que además da claras muestras de locura, pues aún sabiendo que el ejército nazi ya estaba derrotado en todos los frentes, cree que la “victoria final” es posible, se niega a rendirse y asegura que sus tropas no pueden fallarle. Los oficiales que lo acompañan no saben como afrontar sus desvaríos y terminan entonces siguiéndole y haciéndole caso en todo. Su fanatismo es tal que sin importar lo incoherentes que fueran sus órdenes, las cumplían. Pero aún así la realidad es innegable y pronto se hace visible tras las gruesas paredes que recubren el bunker: el triunfo de los soviéticos sobre Berlín es inminente y la única opción para aquellos que se niegan a rendirse es el suicidio.

Es la primera vez que tenemos la oportunidad de ver una versión alemana de su penosa y terrible historia durante la Segunda Guerra Mundial distinta a las contadas desde el lado norteamericano que estamos acostumbrados a ver hechas por Hollywood.

Cabe destacar que Oliver Hirschbiegel le dio a la película un alto grado de objetividad y no da cabida a tergiversaciones que pudieron darse por las implicaciones emocionales de los realizadores -siendo alemanes-.

Uno de los aspectos que más disfruté al ver esta cinta, es el hecho de que fuera por completo hablada en alemán, lo que hace que la representación sea mucho más fiel y -desde mi punto de vista- demuestra respeto hacia uno como espectador, pues encuentro hilarante el hecho de que esperen que uno pueda cumplir con su parte del “pacto poético” y crea lo que ve, cuando le muestran a un Hitler que habla en inglés…

Otro aspecto que me parece fascinante es que cada uno de los detalles de la película fue cuidado, pensado y trabajado. Esto se logra ver en el resultado final, pues la recreación histórica, las representaciones de los personajes, la escenografía, toda la utilería, el guión ajustado e intenso que no deja cabos sin atar, los efectos especiales y la fotografía, entre muchos otros detalles, son impecables.

La escenografía por ejemplo, fue especialmente construida para la película. Es una réplica del verdadero bunker de Hitler que estaba ubicado bajo las calles de Berlín. Apostaron todo a la autenticidad y lograron un efecto impactante para los espectadores. Fue construido de tal modo que la cámara no tenía por donde moverse, siempre estaba en el medio. La iluminación fue natural debido a que el techo era fijo y no contaba con muchas posibilidades de instalar luces. Todo esto se combina y transmite un ambiente de claustrofobia que termina por tensionarlo a uno.

En cuanto a las actuaciones, la más destacada es la del actor suizo Bruno Ganz. Interpreta de forma magistral al Führer: su rostro que parece de hierro y con una expresión amarga, su mirada perdida y carente de alma, un constante temblor en la mano, un Hitler abatido y acabado con una inestabilidad mental visible. Todos estos elementos aportados por el actor, hacen parte de una interpretación notable y excepcional.

Un dato muy peculiar de la película es que para que el actor Bruno Ganz se pareciera a Hitler, tuvo que ser envejecido con ayuda del maquillaje. Lo que llama la atención es que Bruno en el 2004 tenia 64 años, y era de hecho mayor que el mismo Hitler, quien tenia 56 años durante los días finales en el bunker. Esto demuestra lo mal que estaba el Führer, lo agotado y derrotado que se veía.

La música hecha por Stephan Zacharias, con la cual fue ambientado el filme, es también una parte esencial ya que logra envolvernos en la trama y nos hace sentir las emociones que acompañan cada escena. Le imprime el dramatismo y la fuerza necesarios en cada instante. Sin la música, el filme no tendría en nosotros ese efecto atrapante y cautivador que tiene. Fue nominada al Oscar como “mejor película extranjera” y todas las críticas fueron buenas.

Después de haber visto esta cinta, pasó a formar parte de la lista de mis favoritas. Por su extraordinaria y genial producción, las magníficas actuaciones y caracterizaciones de todos y cada uno de los personajes, la intachable representación y fidelidad con las que fueron recreados los hechos y en especial por la actuación de Bruno Ganz, recordaré siempre y recomendaré sin pensarlo dos veces, esta maravillosa producción cinematográfica.


Daniel Valencia Yepes

Trayectoria



Daniel Valencia Yepes

Nació el 10 de febrero de 1990, en el seno de una numerosa familia antioqueña con arraigados intereses en la cultura: la literatura, la música y el arte en general. Vive con su madre y su padrastro –músico profesional- así como con dos hermanos menores, estudiantes también.


Su infancia se desenvuelve en un ambiente muy musical y desde temprana edad mostró su afecto hacia este arte. A sus nueve años, inicia estudios de guitarra, inicialmente bajo la enseñanza de su madre y su padrastro y luego con un profesor y por su propia cuenta. Además, hace relativamente poco empezó a estudiar Violonchelo, instrumento que siempre llamó su atención.


Es un apasionado de la historia, del teatro y de los idiomas. De la primera se ha encargado de estudiarla por sus propios medios, investigando, leyendo y preguntando al respecto. En cuanto al teatro se refiere, ha realizado algunos estudios en la Universidad de Antioquia con el apoyo de un tío suyo que es profesor universitario, director de teatro y dramaturgo. Además Daniel ha hecho algunas actuaciones en teatro y televisión y es además un estudioso de alemán e inglés.


Estudió el bachillerato en el Colegio Mater Dei y se graduó en el año 2008; es en el transcurso de esta etapa cuando descubre su gusto y afinidad hacia las Humanidades y decide entonces que quiere estudiarlas, viendo en la Comunicación Social y los lenguajes audiovisuales una gran oportunidad para hacerlo. Otra de las razones de peso que lo llevaron a hacer esta elección, fue la posibilidad de unir en una misma carrera lo artístico, lo crítico, lo literario y lo social con un fenómeno actual que cada vez tiene más fuerza e importancia: las comunicaciones.


Otros de sus intereses están relacionados con los viajes, en especial a los sitios históricos del mundo entero, estando Alemania entre las prioridades, además del Reino Unido, Argentina, entre otros.


En la actualidad, tiene muchas expectativas con respecto a la nueva etapa que inicia como estudiante universitario, con todo lo que conlleva un cambio como ése.